La música como arte

La música ha sido históricamente considerada un arte junto a otras seis disciplinas. Esa clasificación clásica tiene que ver con la estética, belleza o simetría, ideas muy grecolatinas. Llevado a nuestros días, la relevancia de la música es que como decía un viejo amigo es capaz de hacerte pasar bonitos momentos, divertir, recordar personas o situaciones, emocionar, motivar o entristecer. Como el tema que me complace tener como primera entrada, que provoca un inevitable bienestar, satisfacción, cierta alegría taciturna.

Quizás lo más importante es que la música tiene la enorme capacidad de conectar, unir a las personas, de sacar en ocasiones lo mejor del ser humano. La iniciativa “Playing for a change” precisamente consigue eso último: un irrefrenable estímulo de solidaridad y alegría de vivir, se trata de una fundación sin ánimo de lucro cuyo fin es el de recabar fondos con el propósito de ayudar a esos talentosos artistas olvidados en demasiadas ocasiones, los músicos de la calle. Personas marginadas pero que poseen unas tremendas cualidades musicales que hacen arrancarnos una sonrisa, entretenernos e identificarnos por un momento con su vida.

La música tiene la habilidad de acercarnos, de hacernos felices aunque sea por unos minutos. La finalidad del blog que hoy me agrada inaugurar no es otra que esa, ser un poco más felices gracias a la música, por eso que les invito a todos a estar al otro lado.

Please, stand by me.